miércoles, 9 de diciembre de 2015

Las variedades diastráticas



La siguiente actividad está planteada para la asignatura de Lengua y Literatura de 2º ESO. Se enmarca dentro de la unidad didáctica dedicada a la comunicación, en la que además de analizar diferentes situaciones comunicativas, los alumnos han de diferenciar los distintos niveles del uso de la lengua y conocer sus rasgos característicos. 

Antes del visionado se explicarán los contenidos relacionados con las variedades de la lengua, tanto diatópicas, como diafásicas, diacrónicas y diastráticas, así como sus principales características.

VÍDEO:


min.31.04

Después del visionado, se plantean las siguientes actividades: 
  1. ¿Qué nivel de uso de la lengua emplean Fidel y Germán? ¿Y Luisma y Jonathan? Anota ejemplos de ambos que hayas escuchado. 
  2. ¿Qué ocurriría si conversaran Fidel y Germán con Luisma y Jonathan? ¿Existirían problemas de comunicación? Razona tu respuesta. 
  3. Las palabras debut y target que dice Fidel, ¿cómo se han formado? 
  4. Escribe una oración con cada uno de los significados de algunas palabras polisémicas que aparecen en el fragmento: galleta, fumar, pasta…
  5. ¿Qué significan los sufijos de las palabras subidón y refutable? Pon ejemplos de otras palabras que también lo lleven. Puedes consultar el diccionario inverso  www.clave.sm
  6. Las canciones populares como forma de literatura oral. Inventar por parejas una pequeña estrofa, de manera similar a lo que hace en el vídeo la tuna.

Si planteamos esta actividad para 3º ESO, se puede hacer referencia a la diferencia de niveles de uso de la lengua como fuente de comicidad en la historia de la literatura. Un buen ejemplo es este fragmento del capítulo II de  El Quijote en el que el protagonista confunde a dos prostitutas que encuentra en una venta con dos nobles doncellas: 

Estaban acaso a la puerta dos mujeres mozas, destas que llaman del partido, las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la venta aquella noche acertaron a hacer jornada y como a nuestro aventurero todo cuanto pensaba, veía o imaginaba le parecía ser hecho y pasar al modo de lo que había leído, luego que vio la venta se le representó que era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadiza y honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes [*] castillos se pintan. Fuese llegando a la venta que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo. Pero como vio que se tardaban y que Rocinante se daba priesa por llegar a la caballeriza, se llegó a la puerta de la venta y vio a las dos destraídas mozas que allí estaban,que a él le parecieron dos hermosas doncellas o dos graciosas damas que delante de la puerta del castillo se estaban solazando . En esto sucedió acaso que un porquero que andaba recogiendo de unos rastrojos una manada de puercos (que sin perdón así se llaman) tocó un cuerno, a cuya señal ellos se recogen, y al instante se le representó a don Quijote lo que deseaba, que era que algún enano hacía señal de su venida; y, así, con estraño contento llegó a la venta y a las damas, las cuales, como vieron venir un hombre de aquella suerte armado, y con lanza y adarga, llenas de miedo se iban a entrar en la venta; pero don Quijote, coligiendo por su huida su miedo, alzándose la visera de papelón y descubriendo su seco y polvoroso rostro, con gentil talante y voz reposada les dijo:
— Non fuyan las vuestras mercedes, ni teman desaguisado alguno, ca a la orden de caballería que profeso non toca ni atañe facerle a ninguno, cuanto más a tan altas doncellas como vuestras presencias demuestran.
Mirábanle  las mozas y andaban con los ojos buscándole el rostro, que la mala visera le encubría; mas como se oyeron llamar doncellas, cosa tan fuera de su profesión, no pudieron tener la risa y fue de manera que don Quijote vino a correrse y a decirles:
— Bien parece la mesura en las fermosas, y es mucha sandez además la risa que de leve causa procede; pero non vos  lo digo porque os acuitedes ni mostredes mal talante, que el mío non es de ál que de serviros.
El lenguaje, no entendido de las señoras,y el mal talle de nuestro caballero acrecentaba en ellas la risa, y en él el enojo, y pasara muy  adelante si a aquel punto no saliera el ventero, hombre que, por ser muy gordo, era muy pacífico , el cual, viendo aquella figura contrahecha , armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza, adarga y coselete, no estuvo en nada en acompañar a las doncellas en las muestras de su contento.

Tras la lectura, se analiza el fragmento y se comentan los rasgos característicos de los distintos niveles de uso de la lengua.

Autora y responsable de la entrada:
Dª. Ana Alonso García
IES Delicias

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